“Preparen el camino del Señor ¡Miren! Dios el Señor viene con poder” (Isaías 40, 3.10)
Cuando pienso en la palabra “preparar” se me viene a la mente la imagen de estar atento a algo. Me recuerda a cuando era niño y desde lejos podía distinguir el característico ruido del motor del auto de mi papá. Sin dudarlo, sabía que era él. Aún así me acercaba a la ventana para confirmarlo y así esperaba hasta que entrara a la casa.
En ese sentido, prepararse es como estar, con todos los sentidos, atento a lo que pasa a nuestro alrededor. Pero es un estar atentos, no desde el miedo y el temor a lo que podría pasar. Si no que es un estar atentos y preparados que nos hace estar abiertos a las maravillas que Dios coloca delante de nosotros. Es escuchar, ver, oler, degustar y sentir todo aquello que Dios nos regala en nuestras vidas. Es como un niño que espera a su padre o madre con alegría, por el simple hecho de querer estar junto a él/ella y disfrutar de sus cuidados.
En este tiempo de adviento preparemos el camino de nuestro bondadoso Dios estando atentos a los detalles que nos ha regalado en nuestra vida.
Con cariño,
Vicario Karl Michael