Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas (2ª Pedro 2:21). Pedro, o el discípulo que escribe esta carta, nos habla lleno de intención. No es imparcial frente a estas palabras. Escribe como alguien que ha sido impactado por el Cristo resucitado. Y desde esta experiencia, su vida a desencadenado un cambio profundo; tanto, que la ha reorientado en forma radical, haciéndole sentir el llamado al servicio del Señor. ¿Qué lo ha movido a tan grande cambio? Hay un cambio de sentido en su existencia, que resulta clave para comprenderlo…
En el Culto de hoy, 2° Domingo después de Pascua, también conocido como el domingo de la “Misericordia Divina” (Misericordias Domini), reflexionaremos sobre este texto. A partir de las 11:00 hrs.
¡Sean bienvenidos/as! Agradecemos a nuestros hermanos y hermanas que participaron en este culto: a Carolina, Sonia, Alfredo, Cristián y Aline, por su canto; al maestro Juan Carlos, nuestro organista; y a Alfredo, por la lectura. ¡Muchas gracias! De todo corazón.