Jesús resucitado, se aparece a los discípulos. Una y otra vez. En una de esas reuniones está Tomás, él mismo que, históricamente, ha sido conocido como “el incrédulo”. A primera vista, no sin razón, de hecho, el mismo Señor le dice que sería mejor que creyera sin ver. Nosotros, perfectamente, podríamos pensar que el caso de Tomás es extemporáneo, pues hoy en día no se sabe (ni se esperan) apariciones de ese tipo. Sin embargo, el “dichosos los que no han visto y creen”, trasciende a los tiempos, es para toda la comunidad de discípulos, en cualquier época y lugar. Acompáñenos este miércoles en la noche, a las 21 hrs., donde oraremos juntos, y compartiremos una reflexión basada en esta historia.
Aquí el enlace a la oración