Felipe Sepúlveda “Roki” nació en Concepción, el 25 de febrero de 1984. Es publicista.
Mi familia siempre fue protestante (ACyM), eso llevó a mis padres a inscribirme en un Colegio Bautista, eso junto con asistir a la Iglesia cada domingo hizo que me comenzara a saturar la iglesia y sus actividades. Desde chico mi papá me inscribió en la YMCA donde hacía deportes, pasaba el tiempo libre después del colegio y tuve una visión distinta de la religión, más relajada y ecuménica, ahí ya tuve amigos y amigas que iban a Martin Luther en Concepción. También estuve estudiando un tiempo en el Instituto Chileno-Alemán a una cuadra de la Iglesia Luterana, donde muchas veces asistí a reuniones culturales. Nunca quise ser ingeniero como mi papá, así que no me inscribí en la antigua prueba específica de matemáticas. Mi primer año de universidad lo hice en la Facultad de Química de la Universidad de Concepción, la carrera no me gustó así que volví a inscribirme en la Prueba de Aptitud (sin dar otra vez la de matemáticas específicas), luego hice el Servicio Militar obligatorio y en el intertanto quedé aceptado en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica en Concepción. Esa carrera tampoco me gustó y la dejé en el segundo año; para no dar más pruebas me cambie a DuocUC de la Universidad a estudiar Publicidad Profesional. Estudié por 2 años en Concepción luego me fui de intercambio a Estados Unidos donde viví en una de las ciudades más antiguas, Williamsburg en Virginia. Antes de regresar le dije a mi mamá que ya no quería seguir en Concepción y ella viajó a Viña del Mar a inscribirme en el DuocUC de esa ciudad para continuar estudiando; egresé el año 2011.
En el año 2009 mi madre decide ir a vivir conmigo a Viña del Mar, finalmente termina comprando un departamento en Valparaíso, yo desde el 2008 ya asistía esporádicamente a la Iglesia Luterana de la Santa Cruz en el Cerro Concepción, pero nunca me interesó formar parte de la comunidad. En el año 2010 después del terremoto en el sur de Chile, mi padre se traslada a vivir con nosotros a Valparaíso, al mismo tiempo yo me voy a Santiago a mi primer trabajo como Publicista.
¿Cómo llegó a la comunidad y cuáles son los primeros recuerdos?
Cuando llegué a Santiago el 2010 no demoré mucho en llegar a la Lota, recuerdo que el primer culto al que asistí fue una Confirmación del Pastor Alfaro, que como no conocía a nadie, se me hizo eterna; sin embargo la disfruté. Al principio vivía en las Condes entonces me quedaba cerca la Iglesia San Pablo donde comencé a asistir al EBCI. Tengo mucho cariño a ese grupo, no sé si lo sabrán, pero ellos y ellas fueron mi principal compañía en el 2011. Recuerdo sobre todo a Rosita y Sergio como personas cálidas y acogedoras, siempre preocupados de saber cómo estaba y de preguntar qué me pasaba cuando no asistía alguna semana, en el grupo también conocí a la Fani y a Mónica, que pronto se volvieron fundamentales en mi vida. A Lizzie, Fabiola, Loni, Olga, Walter. Ese año estudiamos el Evangelio de Mateo. El método de estudio de EBCI es muy parecido a la forma de estudiar la Biblia que tuve en el colegio donde estudié, así que no me costó mucho integrarme. En este grupo también experimenté una especial cercanía con el Pastor Kurt y a través de él con toda su familia. Recordar todo esto me causa mucha emoción, de verdad. Durante todo el 2011 mis nuevos amigos del EBCI se preocuparon de mí y de orar por mi familia, todos sabían que mi padre ya estaba demasiado enfermo y sólo esperábamos que pudiese descansar. Me sentí muy acompañado en ese tiempo, porque aunque participaba en la Iglesia, yo seguía viviendo solo en Santiago y no hacía mucho más que trabajar, ir a la Iglesia y viajar a Valparaíso a ver a mis padres. En el verano del 2012 mi papá murió mientras yo sujetaba su mano, ese mismo fin de semana lo había visitado desinteresadamente Monica Keller. Fue todo muy sorprendente, ella sintió que debía visitar a mi papá, subió a la Fani a su auto y partieron de viaje a Valparaíso donde lograron llegar al departamento al que nunca antes habían ido, Mónica fue la última visita que mi papá recibió. Yo recuerdo que llegué muy tarde ese domingo y el falleció al amanecer. Como él quiso ser quemado, vinimos al crematorio del Cementerio Católico de Santiago donde el Pastor Kurt ofició el funeral.
Más que causarme pena y alejamiento, todo lo que pasó me acercó más a Dios y eso fue a través de esta Comunidad, la Iglesia Luterana El Redentor y todas las lindas personas que la componen. Solicité la membresía a la comunidad el año 2011.
¿Ha tenido un cargo o una responsabilidad en la comunidad? ¿Qué fue y cómo ha sido esto? O ¿Cómo ha participado y participa en la comunidad?
En la Asamblea General de 2012 se me ocurrió opinar que el sitio web de la Iglesia estaba un poco desactualizado y que una mejora de él podría significar una mejor comunicación de las actividades de la Comunidad. Como Jürgen es muy ejecutivo y de pocas palabras, me devolvió el comentario endosándome la responsabilidad de tomar ese proyecto y hacer algo. Y se hizo algo, creo que ahora estamos con un buen sitio web. La Pastora Hanna siempre fue la más entusiasta en este punto y desde que se subió a la web el nuevo sitio, ella es la que lo mantiene actualizado hasta hoy.
Ese año ya no pude ir más al EBCI por problemas de tiempo y ubicación. Me cambié a vivir al centro y comencé a asistir a las clases de Pensamiento Luterano del Obispo Siegfried. Entre clase y clase, el Obispo retomó el tema del sitio web y lo extrapoló a la ILCH. No tardó en citarme a reunión Marcelo Tapia Tesorero de la ILCH para darme esta nueva responsabilidad.
Como ya estaba a cargo del sitio de la ILCH, el Obispo me reenvió un correo de la Secretaría de la Federación Luterana Mundial para la Región de Latinoamérica y el Caribe donde me nominaba como referente para las comunicaciones, y también hasta hoy de vez en cuando me toca enviar noticias de Chile para ser publicadas en la página global de la Federación.
En el 2013 la Pastora Hanna me propuso como Colaborador en el campamento de Puerto Fonck. Con un montón de dudas el Pastor Rodolfo Olivera me aceptó para ir a colaborar y yo con más dudas todavía, fui. Ese ha sido uno de los mejores veranos de mi vida. En la Asamblea Juvenil del Campamento del 2015 fui elegido como Coordinador Nacional de la Pastoral Juvenil de la ILCH, y en el 2016 se me reeligió para el cargo hasta el 2018.
Sin olvidar mi comunidad, apoyé a la Pastora Hanna en el 2012 para comenzar a realizar la Oración con los Cantos de Taizé. Yo nunca he ido a Taizé, sin embargo, en el tiempo que estuve en Alemania pude participar de varias oraciones con estos cantos y quedé embobado de la espiritualidad y cercanía a Dios que me hace sentir. Desde el 2013 se realiza la oración estilo Taizé una vez al mes en nuestra iglesia, me tocó organizarla solo cuando la Pastora Hanna estuvo en su tiempo de licencia maternal. Pero pocas cosas me gratifican más que este momento en el mes y creo que se ha creado un espacio de oración en la ciudad que ya no podemos detener, la oración con cantos de Taizé no tiene gran convocatoria, pero recibe a personas de diversas iglesias y diversos países bajo el amor del mismo y único Dios.
Algunas veces tuve que asistir a la reunión de directorio para hablar sobre proyectos o ideas en proceso. Bajo la nueva presidencia, Bernd me invitó a participar de manera estable; yo no puedo votar porque no soy director, pero aporto con mis ideas y con mi frase “a la iglesia le falta Marketing”. Aun así, sigo sintiendo que lo que haga no es suficiente para retornar el cariño que sentí de esta comunidad en un tiempo que fue tan difícil para mi.
¿Qué experiencias han sido bonitos en la comunidad?
Mi grupo de Confirmación con Sylvia, Nacho, Pablo, Karl y el Pastor Kurt, es una de las mayores experiencias que he tenido en la comunidad. Sylvia y Nacho siempre nos alimentaban mucho en estas reuniones y creo que le dejamos a Kurt el pelo definitivamente blanco. No importa cuánto a uno le expliquen que el mayor amor es darse por los demás y que Dios es amor, uno siempre anda metiendo las patas. Confirmación es fundamental para comprender la fe y lo ilimitada que es –lo ancho, lo alto, lo bajo y lo profundo del amor de Dios- algo tan misterioso y lindo, que es muy fácil de decir y que cuesta mucho practicar.
La oportunidad que me han dado recibir mis ideas y facilitar los medios para implementarlas, también es una gran experiencia.
El grupo de lectura bíblica de los lunes y la oración con los Cantos de Taizé.
¿Qué experiencias han sido difíciles en la comunidad?
Creo que llegué a la comunidad en un momento en que se estaba viviendo un debate profundo sobre ideas y formas de vivir la vida. Como no tenía mucho tiempo en la comunidad, tampoco quería opinar sobre las posturas. Pienso que independiente de lo que pensemos las personas que somos parte de esta comunidad, primero está el amor de Dios y cómo lo hacemos evidente para los demás. Y es Jesús el que da su paz en las tormentas. Es curioso comprender la Paz, si la misma escritura señala que es una paz que supera todo el entendimiento. Es una paz plop!.
¿Cómo les ha ayudado en su vida ser miembro en la comunidad El Redentor?
La comunidad me ha ayudado a recuperar mi relación con Dios, dentro de la iglesia y con la sociedad en general. He comprendido que uno no puede esperar un cambio o una actitud, uno debe proactivamente hacer algo para generar un cambio o una actitud. Esto a través de preguntar, conversar, proponer y hacer. Si uno se pone a esperar que las cosas sucedan, créanme, que es una espera eterna. Esto se aplica a la comunidad y a la vida también.
¿Qué deseas para la comunidad en el futuro?
Deseo participación y más interés. No precisamente ver rostros nuevos, sino ver que los rostros tradicionales son activos en la comunidad. Esto es lo que va atraer a las nuevas caras.
Deseo salud para la comunidad, armonía y crecimiento en Dios y en números!!
Deseo que los planes actuales lleguen a buen término. Que la Lota sea nuestro lugar tradicional de Culto a Dios y un espacio agradable para las necesidades de la comunidad. Y que San Pablo encuentre su nuevo lugar donde renazca como una Iglesia para los próximos 130 años de la comunidad.
Deseo que Dios bendiga con tranquilidad y feliz retiro a los pastores que ya pronto nos dejarán. Y que fortalezca a quienes quedan liderando espiritualmente a la comunidad.
Y deseo que se concreten nuestros sueños como comunidad.