Hermann Angerstein Brink nació el 21 de febrero de 1936 en Merseburg, Alemania. Inmigró 1948 a Chile. Es ingeniero civil electricista.
Soy bautizado luterano. A mi llegada a Chile era natural buscar una iglesia luterana. En ella fui confirmado. Desde niño el Cristianismo ha estado presente en mi mente, a veces sólo superficialmente o distorsionado por los desvíos de juventud o por influencias ideológicas. Mis contactos con otras denominaciones cristianas, el esoterismo y las ciencias exactas muchas veces han cuestionado mis creencias, pero finalmente me condujeron a la búsqueda de la esencia de la fe cristiana. Nuestra Comunidad ha jugado un papel importante en esta búsqueda.
Viendo mi asistencia regular a la Iglesia, algunos miembros del directorio me preguntaron si quería formar parte de él, a lo que respondí positivamente. Fui director y tesorero. Participé en algunos proyectos y trabajos de mantenimiento.
Difíciles y traumáticas son las experiencias derivadas de ideologías presentes en nuestra Iglesia, como también en otras denominaciones cristianas. Entiendo por “ideología” todo tipo de doctrina que se aleja o pretende reemplazar a la Sagrada Escritura o parte de ella.
Estimo que este fenómeno, presente desde los inicios del Cristianismo, pero hoy magnificado, tiene, sin embargo, una función pedagógica: Nos hace reflexionar sobre nuestras propias convicciones y nos muestra que nuestra fe no puede obtenerse a “precio de liquidación”. Nos impulsa a preguntar si en el Universo hay Algo – mejor Alguien- a quien debemos buscar y confiar. Es la Buena Noticia de este Alguien- el Evangelio de Cristo- el que debe penetrar el mundo. Y no las ideologías al Evangelio.
Es fundamental para un creyente ser miembro de una comunidad cristiana. Tanto el contacto con hermanos y hermanas en la fe, como con ideologías nos lleva a reconocer y separar lo esencial de lo accidental. Nos ayuda también a comprender que no somos una isla entre- según dicen- 160.000 otras denominaciones cristianas. Estoy convencido de la existencia de una “comunidad transversal” que engloba a todo ser humana que busca y aclama a Nuestro Señor.
En lo material que el Señor bendiga todos los proyectos de diaconía, beneficencia y construcción. En lo espiritual que el Señor bendiga e instruya a nuestros pastores y directores para que a través de nuestra Iglesia se predique el Evangelio de Jesucristo tal como fue por Él inspirado y redescubierto por Martín Lutero.